lunes, 7 de septiembre de 2020

Los cuidados de la Lavanda


Hoy estaremos hablando de los cuidados que debemos tener con nuestra planta de Lavanda que pertenece a la familia de las Lamiáceas y que contiene una gran cantidad de especies.
La Lavanda es muy conocida como suele ocurrir en cada país, región o zona local por algún nombre propio común en el cual por ejemplo el Cantueso es bastante renombrado en muchos lugares.
Esta planta es un arbusto perenne, de porte silvestre, que entona con los jardines campestres, y actualmente con nuevos estilos también vintage o en bordillos o las llamadas islas.
Es una planta de apariencia rustica, con una fragancia inconfundible, de allí catalogada como planta aromática. muy utilizada para crear ahuyentadores de insectos como a su vez para perfumar sectores de la vivienda. 
Inclusive mucha gente realiza saquitos con restos de poda seca de esta planta para colocar en rincones de la vivienda y contagiar con su aroma tan característico.
Este arbusto perenne suele crecer hasta 1,5mts, donde sus hojas lo visten desde el suelo con tallos verdes compactos, lanceolados de color verde intenso y con sus flores agrupadas en largas espigas creando una inflorescencia amplia de color violeta.
Esta planta es muy representativa en los jardines mediterráneos, por su clima seco, poco lluvioso, lo cual es muy aconsejable porque es ideal para climas con sequía, es aconsejable que siempre debe estar ubicada al sol, de esta manera tendrá un crecimiento optimo y a su vez evitaremos la aparición de hongos.
Soporta suelos pobres pero que no sean arcillosos, ya que si lloviese sus raíces son frágiles a pudrirse, de allí que crezcan en laderas de montañas con suelos rocosos, donde el agua circula y el suelo lava y absorbe el sobrante de agua, es por eso que el espacio ideal si estuviese en un jardín plantada, lo ideal es que estuviese en un lugar donde el agua escurra y sea una zona alta donde el agua no tenga la facilidad de encharcarse en ese espacio. 
Es una planta que no solemos abonar, a lo sumo previamente a la llegada de la floración ya que sino suele alterar el ph, como a su vez también  pudiera perder la floración y aroma tan característica.
Los riegos deben ser paulatinos, breves y espaciados esperando que el suelo se encuentre seco, ya que no tolera para nada los suelos húmedos y menos los encharcados, aunque deberemos prestar mas atención en época de crecimiento.
Las podas deben ser de mantenimiento, normalmente un tercio del tamaño, lo cual permitirá estimular el crecimiento nuevo de ramas, siempre luego de la floración, al comienzo de la primavera o al comenzar el otoño para poder dar formas a un crecimiento que pudiera haberse extendido durante el verano.
Si la planta la tuvieses en maceta evita colocarla en las plásticas, ya que estas suelen contener por mayor tiempo la humedad y el agua en su interior, son muy recomendadas las de terracotas o material donde el agua se vea absorbida.
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